"La llibertat no baixarà cap al poble, és el poble que ha de pujar cap a la llibertat" (Emma Goldman)

dimarts, 5 de setembre del 2017

Jordi Martí: "La selección a dedo del profesorado no mejora los resultados educativos".

 
L'autor és professor de secundària en l'àmbit de la informàtica i les noves tecnologies. Comparteixo la seva visió negativa del sistema deditocràtic d'elecció del professorat que està impulsant, de manera expansiva i pràcticament imparable, la LEC. Aquest model ens porta a claustres més submissos i a un retrocés flagrant de la gestió democràtica dels centres públics.

En estos últimos tiempos se está retomando la idea, que cada cierto tiempo se pone de nuevo sobre el tapete, acerca de la posibilidad de seleccionar a los docentes de los centros educativos públicos por parte de los directores de los mismos. Algo que, desde el año 2009 se está haciendo en Cataluña bajo el amparo de la LEC. Directores que, bajo diferentes supuestos, están realizando la provisión de personal siguiendo los mismos criterios que en la concertada y, cuya selección se basa en entrevistas personales o un simple apretón de manos. No olvidemos tampoco que, uno de los grandes caballos de batalla de la organización, avalada por La Caixa, Escola Nova 21 es la necesidad de poder seleccionar, no sólo parte importante del profesorado de los centros, es la eliminación de la condición de funcionario público y, por qué no decirlo, someter el modelo educativo a las reglas de juego empresariales. No es una invención, simplemente basta ver todas las intervenciones públicas de las caras visibles de esa organización cuando hablan sobre ese tema muy relacionado con “su” autonomía de centro. Sí, por lo visto sin la selección adecuada del profesorado, alejada de los métodos de provisión meritocráticos y transparentes que marca la función pública, no pueden darse mejores resultados educativos.

Pues va a ser que NO. Lamentablemente para ellos, desde la aprobación de la LEC en Cataluña no hay ninguna evaluación (ni la de competencias básicas, PISA u otras) que avale esa mejora de los resultados de los alumnos. NO, por lo visto la posibilidad y, de facto, la selección de parte del personal de los centros educativos bajo supuestos perfiles competenciales que se han inventado indica que, no sólo no están mejorando los resultados si no que, en algunas ocasiones y materias, los mismos están bajando si los comparamos con los que arrojaba la educación pública catalana antes de la aplicación de esta ley educativa y las posibilidades que prometía. Y no, no estamos hablando de falta de rodaje porque, seamos sinceros, ¿cuánto tiempo debemos considerar que algo debe estar en experimentación antes de dar resultados? A mí me da la sensación que si, algo tan sensible como la educación, arroja cada vez unos resultados más pésimos después de haberse formulado una ley y tomado determinadas medidas para promover la privatización de la selección de los profesionales que dan clase, es que hay algo que falla. Entonces, ¿por qué no se fulmina la LEC? ¿Por qué, en lugar de apostar por devolver la democracia a los centros educativos, la selección transparente de profesionales y oponerse a determinadas versiones de la autonomía educativa, que ya ha dado resultados y no han sido buenos, se quiere ir aún más allá? ¿A quién le interesa lo anterior? ¿Por qué sabiendo que algo no funciona se tiene que seguir aplicando? No lo entiendo. Bueno, no lo entiendo salvo que haya algún interés oculto tras lo anterior que tenga muy poco que ver con la mejora educativa.

Cuando hablamos de evidencias educativas nos estamos refiriendo a datos medibles. Quizás no todo sea medible en el ámbito educativo y, ni tan sólo pueda existir un sistema de medición que no venga sesgado por medir sólo parte del propio sistema educativo pero, cuando TODOS los informes y datos dicen que hay algo que no funciona, quizás es que hay algo que no se está haciendo bien.

No, la selección “a dedo” del profesorado en Cataluña no mejora los resultados de los alumnos. La LEC, la ley educativa que incluye la posibilidad de hacer lo anterior, tampoco los ha mejorado. Pues creo que, si hay alguien a quien le interesen los chavales debería echar marcha atrás en el asunto o, quizás, plantearse la necesidad de hacer un cambio de rumbo en las políticas educativas catalanas porque, algunos no entendemos la necesidad, no sólo de no pararse y mirar qué está fallando, sino de continuar aumentando las prácticas que lo único que están haciendo es perjudicando a miles y miles de alumnos de esa Comunidad.

Eso sí, hoy seguro que determinada prensa mediatiza algunos centros catalanes falseando sus resultados mediante suposiciones o imágenes sesgadas de experiencias “guays” que, lamentablemente, no hay ningún dato objetivo u objetivable que los avale.