(entrevista a la catedràtica en psicologia Felicidad Loscertales apareguda al diari El País d'avui diumenge) 
Felicidad Loscertales Abril, a sus 75 años, mantiene con cariño su 
despacho en la Facultad de Psicología de Sevilla como profesora emérita 
de la Universidad. En sus títulos se lee catedrático en Psicología y 
licenciado en Historia, pero no le preocupa demasiado que estén en 
masculino. Lo importante es que ha llegado. Sus líneas fundamentales de 
investigación son los estudios de género, la educación, el cine y los 
medios de comunicación. “Entré en la Universidad con 18 años y ya no 
salí”, declara. Solo los años de excedencia, que por ser madre de cinco 
hijos tuvo que solicitar, le alejaron de la profesión, pero no de sus 
estudios. Ahora, imparte clases en el Aula de la Experiencia, investiga,
 escribe tribunas, libros y divulga su conocimiento en decenas de 
publicaciones y charlas. Su nombre, Felicidad, más allá de lo romántico 
que pudiera parecer, significa el triunfo de la mujer en su familia. Su 
abuela, su madre, su hija, su nieta y su biznieta se llaman igual. “Mi 
abuela decía con mucha intención que las decisiones de nombrarnos era 
algo en lo que los hombres no habían intervenido nada”, cuenta. En 2007 
obtuvo el Premio Fama a la Excelencia Investigadora en su primera 
edición, en 2005 fue nombrada Mujer Sevillana del Año; en el 2000, 
recibió la Medalla de Oro al Mérito en la Educación en Andalucía; y en 
1961, el Premio Extraordinario de Licenciatura. Felicidad es testigo de 
mil y un modelos educativos en España, también de sus resultados.
Pregunta. ¿Qué aporta la nueva ley educativa?
Respuesta. Ni me la he leído. No me la creo. No me creo ninguna 
reforma educativa. Será que con la edad empiezas a tener un desencanto 
especial con la política. Yo sería capaz de entusiasmarme con una 
propuesta de otro cariz. Pero esta me suena tanto a rancio... Son lo 
mismo, la de un partido que de otro.
P. ¿Qué modelo propondría?
R. Primero remarcaría que los políticos tienen mucha culpa de la 
situación actual. Tienen quemados a los profesionales y engañadas a las 
familias. En educación, hay que tener una prospectiva de formación a 25 
años vista, que es lo que tarda una persona en formarse. Y ningún 
partido lo hace. La política no apoya a la educación. Solo en los años 
de la República, de 1931 a 1936, se planteó un sistema educativo 
fabuloso, de libertad e igualdad. Ahora solo se viste a la educación de 
ideología política.
P. ¿De qué tiene que vestirse la educación?
R. De humanidad. Pedimos un pacto social por la educación, que 
integre a familia, a los profesionales y a la sociedad. Pero a los 
políticos no les interesa.
P. También están los recortes y las subidas de impuestos...
R. Son un atraco. A los funcionarios nos atacan porque les resulta 
fácil, y a los estudiantes les dejan sin opciones. Por ejemplo, es una 
pena que no se fomenten becas como la Erasmus, que ofrecen al alumno una
 visión muy amplia de la Universidad.
P. ¿Y sirve manifestarse?
R. Por supuesto. Las cosas si no se dicen no se saben. Aunque los 
políticos van a sus intereses. Muchas veces pienso si están en este 
mundo... No los entiendo.
P. ¿Sale con la marea verde?
R. Sí, he salido. Aunque ahora me canso bastante...
P. ¿Qué más herramientas necesitan los ciudadanos?
R. Un elemento clave es generalizar la cultura, quizás porque me crié
 con la línea educativa de la República, pero la generalización de la 
cultura puede salvar a esta sociedad. Hay gente muy inculta, y no es por
 su culpa. Recuerdo a mi hijo horrorizado durante sus prácticas de 
medicina en un pueblo de Sevilla por visitar decenas de casas en las que
 no había ningún libro. Ni uno. Si hubiese más cultura, los ciudadanos 
no admitirían los abusos de la política ni de las empresas. Por ejemplo,
 la mayoría de la gente no sabe que nuestra ley Electoral es muy mala. 
Tenemos que conocer nuestros derechos y deberes.
P. ¿Qué deberían replantearse los ciudadanos?
R. Cada uno debería ser capaz de construirse a sí mismo y a la 
sociedad, pero es un momento difícil para pedir algo a un desempleado. 
El otro día vi en la calle a un señor de 60 años, aseado, bien vestido, 
con un letrero que decía “Denme una limosna para poder subsistir”. Me 
dio un vuelco el corazón cuando me di cuenta de que la palabra subsistir
 estaba bien escrita. A qué situación habrá llegado. Está claro que hay 
que conocer la historia para que esto no vuelva a ocurrir.
P. ¿Qué haría falta recordar?
R. Sin duda, la educación en valores éticos. Los jóvenes están 
ansiosos de conocerlos. La última tesis que he dirigido iba sobre cómo 
aprender en valores con el cine. Se movilizó un colegio entero para la 
investigación, se cambiaron horarios del centro, los niños estaban 
absolutamente entusiasmados. Un éxito.
P. ¿Cómo adquirió usted esos valores?
R. Con la educación y el respeto desde pequeña. Me crié en Marruecos,
 estudié en Francia, siempre he estado rodeada de libros. Mi madre 
terminó la carrera de medicina en 1936 en Sevilla, igual que mi padre.
P. El pasado viernes fue el Día Internacional de la Mujer. ¿Qué balance hace desde que su madre se licenció?
R. Hemos progresado muchísimo en el mundo occidental, y está 
demostrado que ellas son mejores estudiantes que ellos. Aunque falta 
todavía por hacer. En clave de humor se cuenta que la igualdad se 
alcanzará cuando haya el mismo número de mujeres y hombres ineptos en 
puestos altos. (Risas) Lo que todavía me duele es el maldito cáncer del 
maltrato, y para erradicarlo necesitamos que las mujeres defiendan su 
identidad. Es una cuestión de formación y educación.
P. ¿Tiene esperanza en el progreso social?
R. Sí. Pero hace falta retomar la solidaridad, el altruismo, la 
caridad, y actuar. Si no te duele el dolor de los demás, es mentira. Hay
 que pringarse.
P. ¿En qué está pringada?
R. Colaboro económicamente con dos ONG pero, sobre todo, voy 
predicando mi conocimiento, lo que yo pueda saber. Lo que tengo es lo 
que sé.
Modelo educativo, cine y medios
Loscertales plantearía un modelo educativo en tres fases: La primera;
 de lectura, escritura y cálculo. La segunda; de aprendizaje de acervo 
cultural. Y la tercera de construcción de oficios y profesiones. “Hasta 
que el estudio sea productivo para la sociedad”, declara.
La catedrática ha trabajado en profundidad la imagen del docente en 
el cine, acumula más de 400 cintas estudiadas en su casa. “Concluimos 
que la figura del profesor se trata con mucho cariño y respeto en el 
cine”.
En relación a los medios de comunicación, considera que la sociedad 
necesita informarse con rigor. “Hacen falta profesionales, y dueños de 
medios que no solo busquen el rédito económico Es difícil ver una 
redacción como la de la película Cuarto Poder, cercana y vocacional”.

