| La mestra premiada, Palma García. | 
(La mestra gaditana Palma García ha estat premiada per no sé qui, ni m'importa. Però m'ha semblat interessant algunes de les seves reflexions al voltant de l'educació, que en molts casos comparteixo. Entrevista publicada per La Vanguardia d'ahir dimecres).
Lleva 28 años en las aulas. Ahora, la Fundación Varkey la ha galardonado con el Global Teacher Award 2019, reconociéndola así como una de las tres mejores docentes de España de 2019,
 junto con el maestro del colegio de Infantil y Primaria San Sebastián 
de Albaida del Aljarafe (Sevilla), Xuxo Ruiz, y Miguel Ángel Querigua, 
de la Universidad de Burgos. Su nombre es Palma García Hormigo y da clases en el Colegio Puertoblanco de Algeciras (Cádiz). 
Es maestra de Educación Infantil, hizo Magisterio de Inglés, es 
experta en Audición y Lenguaje y en STEAM (ciencias, tecnologías, 
ingenierías, arte y matemáticas), embajadora de la asociación de 
ciencias Scientix y miembro de Diverciencia. García no cree en los 
castigos ni en el “aprendizaje bulímico”. Duda de la eficacia del método
 Montessori, tan extendido en los últimos años, y defiende que la nota 
de corte de magisterio debería ser mucho más alta. Y no se imagina 
dedicándose a otra cosa.
¿Cómo recuerda su paso por la escuela?
Como algo muy divertido. Por eso quería ser maestra. Yo admiraba a la
 persona que me estaba tratando. Era un aprendizaje, pero alegre.
    ¿Recuerda a algún profesor en especial?
Admiraba mucho a mi profesora Isabel, que daba historia. Me encantaban sus clases. 
    ¿Qué cualidades debe tener un buen docente?
Es fundamental transmitir alegría a estas edades. También la 
creatividad. Si no eres creativo cortas las alas a los niños y la 
paciencia… si eres vocacional ya sabes que tienes que ser paciente. Vas a
 trabajar con niños pequeños. 
    ¿Cuál es su metodología para impartir clase?
Mi metodología es muy activa. Al año hago cinco o seis cursos de 
reciclaje. Estudio mucho las nuevas metodologías y las aplico mediante 
actividades cortas y divertidas, y cambiar constantemente, e intentar 
llegar al aprendizaje. Ahora hemos estado durante meses trabajando 
efectos ópticos. Al final un niño me dijo: “Seño, yo pienso que lo que 
vemos no es verdad. Que nuestros ojos engañan a nuestro cerebro”. Pues 
este niño ha aprendido.
    ¿Qué falla en el sistema educativo español?
Es necesario que la Facultad de Ciencias de la Educación exija una 
nota alta. Es necesario que la persona que quiera optar por magisterio 
destaque en algo, que conozca algún idioma, como hacen en otros países. Y
 también que haya un seguimiento del profesorado. Necesitamos 
profesionales muy formados, medios y materiales. La ratio es muy alta: 
1-15 sería ideal. También hay que replantear el sistema con los alumnos 
con necesidades especiales, que deberían tener un profesor para cada uno
 de ellos.
    ¿Cree que está bien valorada su profesión?
Necesitamos una categoría. Socialmente no la tenemos. Todo el mundo 
sabe de magisterio. Hay padres que saben más que nosotros, hay alumnos 
que creen que son nosotros. No se nos trata con respeto y eso es lo que 
falta. 
    ¿Qué papel juegan los padres de los alumnos en su trabajo? 
Tiro mucho de ellos. Los implico mucho en nuestros proyectos. Me 
gusta mucho hacer actividades fuera y la colaboración de los padres es 
primordial. Nosotros enseñamos, pero los que educan son los padres.
    ¿Cree en los exámenes?
No. Rotundamente no. Un examen no valora a un niño en absoluto. 
Valora una formación continua. En infantil hacemos una evaluación 
continua, no solo en el aula, también en el recreo. 
    ¿Ha tirado la toalla alguna vez con un alumno?
Nunca. Soy muy cabezota. Yo como vea un niño con dificultades, estoy 
detrás de él. Si he visto que en infantil no ha salido he seguido 
preguntando a primaria. Además nunca puedes dar a un niño por perdido. 
Todos los alumnos suponen un reto. El espabilado porque necesita más 
para que no se aburra, el callado porque pasa desapercibido, el movido 
porque molesta a los demás. Tienes que trabajar la individualidad. A 
veces los fracasos escolares corresponden al aburrimiento que tienen.
    ¿Si un estudiante suspende, es un fracaso suyo o del maestro?
Hay estudiantes que no están nada motivados, y también depende de la 
capacidad de cada uno. Muchas veces los profesores se estancan en un 
solo método. Nos empeñamos en una metodología que no funciona en algunos
 niños, y provocamos un fracaso escolar. Hay que reciclarse.
    ¿Qué le diría a los que se escudan en el “estudiar no es lo mío”?
Estoy en contra del aprendizaje bulímico, del “me lo estudio todo, lo
 vomito en el examen y se acabó el conocimiento”. Uso el razonamiento. 
“Te doy dos palos. Hazme una casa. Usa tu cabeza. Y si se cae, te doy 
tres palos”. Lo que vamos a estudiar da igual, está todo en Google. 
¿Cuántas veces hemos utilizado el máximo común múltiplo? Yo en mi vida. 
Pero usa tu cabeza, idiomas. Muévete. Haz música. Usa la creatividad. Ve
 con otros ojos, huele de otra forma. 
    ¿Cree en los castigos?
No le veo el sentido. Soy anticastigos. El maestro se queda 
tranquilo, pero no modifica la conducta del alumno disruptivo. Eso es 
algo que se debe hacer mediante un trabajo diario, con técnicas que 
refuercen las conductas positivas. 
    ¿Cuánto debería cobrar un profesor?
Un profesor cobra poquísimo. Compañeras que se han ido a trabajar 
fuera cobran el doble que nosotros. Tenemos en nuestras manos el futuro 
de las personas. Este trabajo no está reconocido ni social ni 
económicamente. Si no es vocacional no tiene sentido. Ya sabemos que si 
trabajamos de maestros no nos haremos ricos. Pero compensa. ¿En qué 
trabajo llegas y te abrazan veinte personas? ¡En ninguno!
    ¿Nunca se ha planteado hacer oposiciones?
Cuando terminé en Sevilla me presenté a las oposiciones y no las 
aprobé. Al venir a Algeciras eché un par de currículums y enseguida me 
llamaron. Ya había hecho varios cursos. Pero el Colegio de Puertoblanco 
tenia claro que era el centro donde mis hijos iban a estudiar, trabajara
 ahí o no. Y fue así. 
    La filosofía Montessori defiende un aprendizaje basado en la libertad con límites, entre otras cosas. ¿Qué opina de este método?
Hay muchos colegios que ahora son Montessori y que defienden que el 
alumno vaya a su aire. Pero María Montessori no decía eso. A ello hay 
que sumarle que era del 1800, y que la metodología avanza y los niños de
 entonces nada tienen que ver con los de ahora. Hay que poner las 
metodologías en duda, al menos en infantil. Nosotros podemos aspirar a 
la metodología que queramos. A mí me gusta el Project Base Learning, un 
aprendizaje basado en proyectos y en la evaluación continua. Está 
relacionado con el Bachillerato Internacional.
    España es uno de los países europeos donde los niños pasan más horas en la escuela. ¿Lo reduciría?
Hay niños que no quieren ir a la escuela. A mis alumnos, los padres 
los traen el fin de semana para que vean que está cerrada. Tienes que 
tener unas clases divertidas. Si esas horas que pasan en el colegio 
están bien aprovechadas y hay un aprendizaje efectivo, no considero sean
 muchas horas.
    ¿Qué consejo daría a los estudiantes que se plantean dedicarse a esta profesión?
Que sepan lo que es la realidad del alumno. Que tengan claro que van a
 trabajar y que van a sacar adelante a los niños, y que no elijan esta 
profesión porque sea la carrera para la que necesitan menos nota, porque
 después van trabajar toda su vida en eso. Yo siempre le dije a mis 
hijos: “Elegid bien la carrera, porque puede ser para el resto de 
vuestra vida y como no os guste…” 
    ¿Estudiaron magisterio?
No. Los dos tiraron por la ingeniería. Todos los domingos sacábamos 
los guantes y hacíamos experimentos para ver si eran efectivos y así 
hacerlos con mis alumnos. ¡Les gustó tanto que se han metido a 
ingenieros!
    ¿Se imagina dedicándose a otra profesión?
Yo nací para ser maestra. Me aburriría tremendamente dedicándome a otra cosa. 
